03. La realidad del autismo. (1 min 54 s)

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En el cine, el TEA se ha representado en muchas películas y cada vez es un tema más recurrente. Pero por desgracia, su representación a veces está muy alejada de la realidad y conduce más al error que al conocimiento de este trastorno.


Tal es el caso de la película sobre autismo por antonomasia, Rain Man, la más conocida y la que le dio su segundo Óscar a Dustin Hoffman, está inspirada en una persona real, Kim Peek. La representación del trastorno es sin duda muy cercana a la realidad, ya que vemos en el personaje de Hoffman las estereotipias, la rigidez de su comportamiento, la escasa o nula comprensión social de sus actos y su focalización por ciertas cosas, imperceptibles para los demás. Si bien el trastorno está bien adaptado y dio a conocer esta realidad al mundo, no estuvo exenta de ciertas críticas. ¿La razón? Todo el mundo comenzó a creer que las personas con autismo eran capaces de tener una mente tan privilegiada como la del personaje de Hoffman y que todos eran niños prodigio. Y si bien es cierto que las personas con autismo pueden desarrollar habilidades puntuales en un altísimo grado, la correlación de rasgos savant, que es como se denomina a dichas habilidades “asombrosas”, con personas con autismo no es muy elevada, aunque haya ejemplos como el de Stephen Wiltshire (el joven que pinta ciudades enteras con solo verlas en una foto). Rain Man dio a conocer el trastorno, pero no todas las personas con autismo son como Rain Man.

¿Dónde puede estar el fallo? En las películas vemos dos vertientes del autismo. El grado severo y aquellos que tienen una destreza magnífica para ciertas actividades, pero este no es el caso de la mayoría.